Los maníacos de Dnepropetrovsk: Tres chicos, un martillo
- 24601
- 2 sept
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 2 sept
Una ciudad tranquila, un verano cualquiera. Familias paseando por los parques, ancianos descansando en las bancas, niños jugando en las calles. Así era Dnepropetrovsk, Ucrania, en 2007. Nadie imaginaba que, en cuestión de días, el nombre de la ciudad daría la vuelta al mundo por una serie de asesinatos tan crueles y perturbadores que quedarían grabados en la historia del crimen.
El inicio del terror
El 25 de junio de 2007 apareció el primer cuerpo. Después vendrían más: ancianos, mujeres, hombres que regresaban del trabajo, incluso niños. Nadie estaba a salvo. Los ataques eran rápidos, brutales, y siempre ocurrían en lugares cotidianos: un parque, una calle solitaria, un camino rural.
La policía no encontraba un patrón. Las víctimas no tenían relación entre sí, no había móviles económicos ni venganzas personales. El único elemento en común era la violencia extrema y aparentemente gratuita.
Los rostros detrás del horror

La sorpresa llegó cuando los responsables resultaron ser dos jóvenes de apenas 19 años: Igor Suprunyuk y Viktor Sayenko. No venían de familias desestructuradas ni de ambientes criminales. Sus padres eran trabajadores, sus hogares estables. A ojos de cualquiera, eran muchachos comunes.

Pero había señales previas. Desde adolescentes, se divertían cazando y torturando animales callejeros. Los golpeaban, los desmembraban y posaban sonrientes junto a sus cadáveres, como si se tratara de trofeos. Incluso llegaron a fotografiarse con símbolos nazis manchados de sangre animal.

Lo más macabro: asistían a funerales de algunas de sus víctimas, se mezclaban entre familiares, sonreían frente a ataúdes y lápidas. Disfrutaban del dolor que ellos mismos habían provocado.
El video maldito

El crimen que los inmortalizó fue grabado en video. Conocido en internet como “3 Guys 1 Hammer” (Tres chicos, un martillo), mostraba cómo atacaban a un hombre con un martillo y un destornillador.
El detalle más aterrador no eran los golpes, sino la actitud. Mientras la víctima agonizaba, ellos hablaban y reían, y al final limpiaban sus armas como quien termina una tarea rutinaria. Era el sadismo convertido en espectáculo, y lo grababan para conservarlo como recuerdo.

Ese video, filtrado en internet, hizo que el caso saltara de Ucrania al mundo entero, convirtiéndose en una de las piezas más perturbadoras de la historia del crimen digital.
El error que los delató
El 23 de julio de 2007, la policía logró detenerlos gracias a un descuido: intentaron vender un teléfono celular robado a una de sus víctimas. El aparato fue rastreado y los condujo directamente a ellos.
En su casa, además de objetos robados, encontraron cámaras y computadoras con fotografías de animales muertos, selfies en funerales y registros de su ola de asesinatos. La evidencia era innegable.
El juicio

El proceso judicial inició en 2008 y atrajo atención internacional.
Igor Suprunyuk y Viktor Sayenko fueron condenados a cadena perpetua.
Un tercer joven, Alexander Hanzha, recibió 9 años de prisión por delitos menores relacionados con robo.
El tribunal confirmó que los crímenes habían sido cometidos por placer, sin otro móvil que la experiencia del poder absoluto sobre la vida y la muerte.
Análisis criminológico

Los Maníacos de Dnepropetrovsk representan el perfil de asesinos hedonista-sádicos: mataban por placer, registraban su violencia y la consumían como espectáculo.
Factores clave en su desarrollo criminal:
Crueldad animal desde la adolescencia (triángulo de la violencia de MacDonald).
Necesidad de estatus y reconocimiento en su grupo.
Frialdad emocional y carencia total de empatía.
Sadismo post-delictivo: presencia en funerales de sus víctimas.
Repercusiones
La difusión del video en internet abrió un debate mundial sobre los límites de la información digital y la facilidad con la que la violencia puede convertirse en viral. El caso de Dnepropetrovsk sigue siendo estudiado en criminología como un ejemplo extremo de la unión entre sadismo juvenil, vacío moral y tecnología.
Conclusión
Lo que comenzó como un verano normal terminó convertido en una pesadilla colectiva. Los Maníacos de Dnepropetrovsk no solo arrebataron vidas, también dejaron un legado de miedo y preguntas sin respuesta. ¿Qué convierte a dos jóvenes aparentemente comunes en monstruos capaces de grabar su propio sadismo?
Su historia sigue siendo un espejo oscuro de lo que ocurre cuando la crueldad encuentra una cámara y una audiencia dispuesta a mirar.
Recurso adicional (video recomendado)
(Este video no es de mi autoría; lo comparto únicamente como material de referencia complementario.)
Fuentes consultadas
BBC News. (2009, 11 de febrero). Ukrainian teens jailed for 21 murders [Adolescentes ucranianos condenados por 21 asesinatos]. BBC News. https://news.bbc.co.uk/2/hi/europe/7886720.stm
The Telegraph. (2009, 11 de febrero). Dnepropetrovsk maniacs jailed [Maníacos de Dnepropetrovsk condenados]. The Telegraph. https://www.telegraph.co.uk/news/worldnews/europe/ukraine/4570806/Dnepropetrovsk-maniacs-jailed.html
Wikipedia contributors. (2025). Dnepropetrovsk maniacs. En Wikipedia. https://en.wikipedia.org/wiki/Dnepropetrovsk_maniacs
Wikipedia contributors. (2025). Maníacos de Dnepropetrovsk. En Wikipedia. https://es.wikipedia.org/wiki/Man%C3%ADacos_de_Dnepropetrovsk
Criminalista Nocturno. (s.f.). El caso de “Los maníacos del martillo” Dnepropetrovsk [Video de YouTube]. https://www.youtube.com/watch?v=ElIRwT4yEts



